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Día 1: Construyendo tu restaurante mínimo viable (MVR) y obtener comentarios reales

Alegre joven camarera con delantal riendo mirando a la cámara, feliz empresaria propietaria de una pequeña empresaria de una empleada de cafetería posando en el interior de una cafetería restaurante, retrato
Tu primer día de acción — De la idea a la ejecución, aprende cómo lanzar una microversión de tu restaurante y comenzar a recopilar insights que realmente importan

Así que ya superaste el día 0. Tienes un concepto claro, quizás incluso un nombre, y algunos platos que definen tu ADN de sabor. Ya pensaste, ahora viene la acción.


Bienvenido al Día 1: el día en que construyes y pruebas tu Restaurante Mínimo Viable (RVM). No se trata de abrir el espacio de tus sueños a gran escala. Se trata de hacer realidad la versión más pequeña y efectiva de tu concepto, lo suficientemente realista como para interactuar con los clientes y obtener la retroalimentación que determinará tu éxito futuro.



1. Define tu formato MVR (elige uno y empieza con uno pequeño)


Tu MVR no es un restaurante completo. Es un prototipo, un experimento. En función de tus recursos, público y disponibilidad, elige el formato de prueba más adecuado para tu concepto:


Formatos MVR:


  • Evento emergente: alquila un espacio pequeño por una noche y sirve de 3 a 5 platos principales.


  • Cata privada: invita de 10 a 20 personas a probar tu menú a cambio de comentarios.


  • Cocina fantasma: asóciese con un espacio de cocina compartido y venda a través de aplicaciones de entrega.


  • Puesto de mercado de agricultores: ideal para visibilidad, comunidad y prueba de marca.


  • Pedido de catering: vende un paquete pequeño para el evento de un amigo o una reunión de oficina.


  • Pedidos anticipados de Instagram: acepta pedidos por DM para recoger o entregar el fin de semana.


Tu objetivo: Comida real, gente real, reacciones reales. No la perfección.

2. Concéntrate en tu oferta principal (no la exageres)


Ahora no es el momento de ofrecer 25 platos de menú. Tu MVR debe destacar de 3 a 5 platos emblemáticos que representen tu marca e identidad culinaria.


Elija platos que:


  • Representa tu propuesta de valor con claridad (auténtica, moderna, atrevida, reconfortante, etc.)


  • Comparte ingredientes clave para reducir la preparación y los costos.


  • Son fáciles de producir en configuraciones de equipos limitados.


  • Viaja bien (si haces entrega o recogida)


Esta es tu lista de éxitos. Piénsalo como el primer EP de un artista: compacto, cohesivo y personal.



3. Construye un ciclo de retroalimentación (escuche más de lo que habla)


Aquí es donde se configura tu futuro restaurante.


Utilice herramientas sencillas para recopilar comentarios:


  • Códigos QR para formularios de Google en envases o carteles de mesa.


  • Tarjetas de retroalimentación (¿Qué te gustó? ¿Qué cambiarías?)


  • Historias de Instagram para preguntar: “¿Cuál fue tu plato favorito?”.


  • Grupos de WhatsApp con los primeros probadores para compartir ideas y actualizaciones.


No temas a las críticas. Tu objetivo principal no son las ganancias, sino la adecuación del producto al mercado .

4. Establece los conceptos básicos: marca + empaque + comunicación


Incluso una prueba pequeña debe verse y sentirse intencional. No es necesario contratar a un diseñador, simplemente manténgala limpia, consistente y alineada con la historia de tu marca.


Elementos esenciales para el día 1:


  • Logotipo básico o nombre impreso en pegatinas.


  • Tarjeta de menú sencilla o PDF digital con descripción de los platos e historia.


  • Envases que mantienen los alimentos intactos y etiquetados con nombres o consejos para recalentarlos.


  • Voz de marca: ¿Cómo se expresa por escrito? ¿Es cálido, ingenioso, humilde y elegante?


Las primeras impresiones importan, incluso en una ventana emergente.



5. Realice un seguimiento de sus métricas como una startup


Los datos son tu cofundador ahora mismo. Mantén un registro de:


  • Unidades vendidas por plato.


  • Sabores/comentarios más mencionados.


  • Gasto promedio por cliente.


  • Interés repetido o seguimiento.


  • Uso y desperdicio de ingredientes.


  • Tiempo de preparación por plato.


Usa una hoja de cálculo básica de Google para controlarlo todo. Estos datos te servirán para determinar precios, diseñar el menú e incluso el personal más adelante.

6. Captura el momento: crea contenido para compartir


Esto no es solo una prueba, es tu historia de origen. Documenta todo:


  • Fotos del montaje, comida y gente degustando.


  • Fragmentos de vídeo del detrás de escena.


  • Reacciones y testimonios de clientes.


  • Una publicación de historia: "¡Gracias a nuestros primeros 20 catadores!".


Crea tu banco de contenido con anticipación. Te servirá para futuras presentaciones, redes sociales y boletines informativos.



7. Evaluar: ¿Qué funcionó, qué no, qué sigue?


Una vez que se calme el polvo, haga una autopsia rápida. Pregúntese:


  • ¿Qué platos triunfan y por qué?


  • ¿Qué comentarios se repitieron en diferentes personas?


  • ¿Su embalaje resistió?


  • ¿Qué te pareció caótico o imposible de escalar?


  • ¿Sus precios eran realistas?


No tengas miedo de matar a tus favoritos: a veces el plato que más te gusta no es el que el mercado quiere.



Conclusión: El día 1 es el día en que te vuelves real


Este es el día en que dejas de adivinar y empiezas a aprender. Es el día en que tu idea deja de vivir en tu mente y empieza a vivir en la boca de la gente. Si el día 0 se trataba de soñar con claridad, el día 1 se trata de actuar con inteligencia .


No necesitas un menú perfecto. Necesitas una primera versión. Y el coraje de probarla.

Los mejores restaurantes no nacieron: se perfeccionaron a través de mil pequeños pasos, empezando por uno como éste.



Tu lista de verificación del día 1:


  1. Elige tu formato MVR (pop-up, cocina fantasma, degustación privada, etc.)


  2. Elige entre 3 y 5 platos principales que representen mejor su concepto.


  3. Prepara una marca sencilla: pegatinas, menú, embalaje.


  4. Recopila comentarios de cada cliente (formularios, encuestas, tarjetas)


  5. Realiza un seguimiento de todas las métricas clave: ventas, comentarios, desperdicio y tiempo.


  6. Crea contenido: fotografías, historias, material detrás de escena.


  7. Reflexiona sobre lo que funcionó, lo que no y lo que cambiarás.



El primer día no se trata de lanzar un negocio, sino de iniciar un proceso. Las decisiones que tomes, las reacciones que observes y los patrones que empieces a ver te servirán de guía. Esta es la primera vez que tu idea se encuentra con el mundo real, y ese momento es sagrado. No será perfecto, pero será honesto, y la honestidad es el mejor ingrediente para el crecimiento.


Aprovecha este día no solo para servir comida, sino para recabar la verdad. No solo para impresionar, sino para comprender. Las ideas que obtengas ahora son más valiosas que cualquier utensilio o decoración de cocina: son la base de tu éxito futuro.


Mantén la agilidad, la curiosidad y recuerda: todo gran restaurante empezó con una prueba. El hecho de que estés probando significa que ya estás a la vanguardia.


Que el viaje continúe. Nos vemos el segundo día.

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